Lo único asegurado que tiene Montenegro es la V, pero mira con cariño la vicegobernación

A 10 días del cierre de listas  todo se está definiendo, rosqueando y negociando. El actual Intendente Guillermo Montenegro tiene dos caminos claros: reelegir o ir a la vicegobernación de la Provincia de Buenos Aires.

Montenegro es cabeza de un gobierno de coalición de Juntos. Él es PRO, pero lo componen varias fuerzas. Ese gobierno busca derrotar al kirchnerismo. La coalición de gobierno que se busca en las fórmulas nacionales, Mar del Plata ya lo tiene hace cuatro años en el cogobierno con Maxi Abad.

En cuanto a la interna del PRO en relación con Montenegro, se puede remarcar el caso del marquesado: 140 hectáreas de todos los argentinos que el Gobierno Nacional intentó darle a la organización de Juan Grabois. Todos los referentes del PRO, a pesar de la interna, lo salieron a bancar a Montenegro. Horacio, Patricia, Macri, Ritondo, Santilli y otros.

Por eso hoy es el intendente, que, de los 135 distritos de la Provincia, tiene la V corta. Es decir, si Montenegro quisiera reelegir, podría ir con lista única en General Pueyrredon, aunque haya PASO en gobernador y presidente.

A Guillermo Montenegro, lo están midiendo para ser vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. Ese puesto lo tiene asegurado, pero ¿quién lo mide? Ambos candidatos a gobernadores: Diego Santilli y Nestor Grindetti.

Aún no está definido porque aún no hubo ofrecimiento.

Según pudo chequear “el Retrato…” Santilli, además, está midiendo a Gustavo Posse y Cynthia Hotton. Así como Grindetti está midiendo a un intendente radical, y a Joaquín de la Torre. En ambos casos, Montenegro es valorado por los equipos políticos de ambos sectores.

Ahora bien, ¿por qué ambos candidatos (y por ende, contrincantes) pretenden llevarse a la vicegobernación a Montenegro? Motivos hay muchos, en primer lugar el posicionamiento que Mar del Plata supo volver a tener en la escena política. En segundo lugar, los números: la cantidad de habitantes y electores que hay en el Partido de General Pueyrredon.

Según el censo del 2022, en la provincia de Buenos Aires, hay 6.7 millones de personas, de las cuales votan 5.2; mientras que en el Gran Buenos Aires, hay 10.8 millones, pero votan 7.2.

Teniendo en cuenta ese dato, el Partido de General Pueyrredon, está cuarto en el ranking de Partidos bonaerenses que más habitantes tiene. Primero está  La Matanza, después La Plata, Lomas de Zamora en tercer lugar, y más tarde General Pueyrredon. Pero si se mide según cantidad de electores, luego del primer distrito que es la Matanza, se encuentra Mar del Plata. Es el segundo distrito con mayor cantidad de electores.

Dichos datos son claves para entender varias cosas, principalmente, el peso propio político que la ciudad tiene, y en consecuencia el desfile interminable de políticos de todos los colores. Eso explica la intención, tanto de Santilli como de Grindetti, que Montenegro los acompañe en la lista de la Provincia.

Dicho esto, es menester hablar de los votantes orgánicos y propios de Montenegro. Se podría pensar que el actual Intendente no tiene votantes naturales, sino que los marplatenses eligen según el partido político o la alianza electoral, pero según la fuente consultada, Montenegro tendría al menos un 45% de votos propios en la segunda ciudad de la PBA. Y por eso ambas líneas querrían su apellido en la boleta.

El panorama comienza a ser más claro. El misterio de Montenegro a la hora de definir su futuro comienza a entenderse, pero también con estos datos se ve y comprende la estrategia que el actual Intendente estuvo llevando cabo en los últimos meses: Montenegro recibió a todos los referentes de su espacio político, los acompañó en recorridas, les dio fotos a todos y cada uno, pero nunca se definió públicamente con ninguno. Ni con Larreta, ni con Bullrich. La estrategia fue maravillosa, y abrió más puertas de las esperadas.

Ahora sí teniendo en cuenta lo dicho hasta acá, la pregunta del millón es ¿Qué pasa en Mar del Plata con la Intendencia? La idea de una elección testimonial se escurre entre los dedos. “No se evalúa el caso” dijeron las fuentes consultadas.

No es una opción meter en una bolsa los nombres de los funcionarios del PRO y sortear a uno. No sería factible, ni lo ideal porque ninguno mide tanto como para ser candidato. Sería la última opción a pensar.

Mientras Montenegro recibe el ofrecimiento formal a ser candidato a Vicegobernador bonaerense, Gustavo Pulti y Fernanda Raverta se unen en una Coalición para destronar al PRO.

Las preguntas que se abren a las  posibilidades son interminables.

¿Los marplatenses votan alianzas o nombres y apellidos? ¿Raverta o Pulti podrían recoger más votos que Juntos por el Cambio? ¿Montenegro sacará la ambulancia y recogerá, por ejemplo, a Manino Iriart? ¿Ya es hora que Abad se haga presente en la ciudad, recorra los barrios, se llene de barro y camine para lograr políticamente algo en Mar del Plata o ya no le interesa?

Todo esto de acá al cierre de listas puede cambiar. El dinamismo de la política es amplio como las posibilidades que hoy están planteadas. Cual juego de ajedrez, cada movimiento es clave para el jaque mate.

J.P.