El nepotismo continúa presente en el “Honorable Concejo ” de General Pueyrredón

En el maravilloso mundo de internet, y el programa de “Transparencia de Gobierno” al que Montenegro adhirió se puede obtener datos reveladores que pintan de cuerpo entero a la política marplatense. El nepotismo está presente en el Concejo Deliberante.

En una sociedad tan amorosa, como la argentina, los ediles no están exceptuados del lema de los Benvenuto, porque “lo primero es la familia”, aunque se viole la Ley de Ética Pública (N°25.188) y el del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.

Cuatro ediles, de 24, cometieron la burrada o avivada de nombrar a sus hijos en algún despacho del Concejo, sin importar bandería política ni capacidad técnica (que seguro sobra) para ocupar dicho espacio laboral. Incluso, una edil nombró a la nieta.

Gandolfi, Gema Cecilia; Guglielmotti, Nestor Hugo; Amalfitano, Pedro Gabriel;  Paez Héctor Eugenio; Pujato, Diana Anabela; son hijos de…. Pero Mercedes Morro subió la vara al nombrar a su nieta: Todoroff Carolina Nayla; y Florencia Ranellucci redobló al nombrar a su hermano: Ranellucci Jonás Eugenio.

No es la intención de este medio meterse en temas de amoríos, pero al menos dos concejales tienen a sus parejas nombradas como asesoras en sus despacho; y al menos una no pisa el Concejo desde antes de ser madre, es decir hace 2 años.

Mucho menos vamos a hablar de las amistades de los ediles, y al fin y al cabo, al no poseer visiblemente un parentesco no podríamos estar hablando de nepotismo, pero en Mar del Plata somos pocos y nos conocemos mucho como para saber fehacientemente quiénes son los que diariamente trabajan en el hermoso Departamento Legislativo que supimos concebir.

Recordatorio: En un año electoral, hay cosas de las que uno no se debe olvidar.