Cuesta asegura que las escuelas municipales no tienen comida ni elementos de limpieza

La edil Mariana Cuesta, del Frente de Todos, presentó un pedido de informes, que fue aprobado por unanimidad, para que el Departamento Ejecutivo de explicaciones para conocer porque la Secretaría de Educación Municipal no compró comida ni elementos de limpieza para las escuelas municipales durante el primer trimestre del año.

En diálogo con “el Retrato…” sostuvo: “El 1 de marzo comenzaron las clases y enseguida comenzamos a tener escuelas que nos contaban la situación que estaban viviendo en relación a la faltante de frutas, leche y productos de limpieza. Todas las escuelas municipales reciben un desayuno o una merienda para cada alumno, por lo general, se supone que una o dos veces a la semana debe haber fruta. Durante todo marzo la fruta no estuvo, pero tampoco hubo cacao, leche, azúcar, que eso se soluciona con vaquitas de los docentes o algunas escuelas tenían stock de lo que había quedado el año pasado, o recibieron donaciones”.

Asimismo, la edil contó: “en ese momento, al ver tanta demanda de los productos en las escuelas, entramos al RAFAM, que es una página oficial provincial en la que se puede ver cuánto va gastando área por área durante el año; entonces vimos que durante enero, febrero y marzo en el ítem de bienes de consumo, que son tanto productos alimenticios cómo de limpieza, se había ejecutado cero. Es decir que no habían comprado nada durante los tres meses”, explicó.

En este contexto inflacionario en el que vivimos no sirve de excusa de no haber gastado el dinero, sino por el contrario, debieron haberse capitalizado en enero para que esa plata rinda más. Por ejemplo, para comprar los productos de limpieza, convenía haber la licitación en enero y no a mediados de abril como la están llamando” manifestó Cuesta y agregó: “la licitación de fruta salió el 31 de marzo, es decir, pasó un mes de clases y recién ahí se acordaron que debían comprar fruta”.

En esto intervienen la Secretaría de Hacienda y de Educación, por eso decimos que el responsable de garantizar las condiciones materiales para las escuelas municipales es Guillermo Montenegro. Era obvio que las clases empezaban en marzo, entonces el proceso de las compras de los productos no se puede hacer el 31 de marzo, debió haberse previsto antes, pero lo cierto es que además esto trae mucho desorden en las escuelas porque el personal auxiliar debe esforzarse con el recurso muy escaso  o comprar ellos para poder limpiar, lo mismo con los desayunos y meriendas de las chicos”, agregó la concejal.

En este sentido, enfatizó: “Nosotros vivimos en un contexto en donde el 50% de los niños están bajo la línea de la pobreza, entonces que el desayuno o la merienda sean de calidad son vitales para poder garantizar procesos de aprendizaje. Hoy los chicos lo que reciben es te, que llevan los auxiliares y pan que prevé la Municipalidad. No hay membrillo, mermelada, ni azúcar, ni cacao, ni leche”.

En relación a los problemas que traen las licitaciones públicas en un contexto inflacionario, la edil dijo “no es el caso. Cuando se compran bienes de consumo, no es necesario hacer licitación anual, pueden ser más chicas, de menos tiempo para dar garantías, también se puede hacer una compra directa. Lo que es claro que la licitación la hicieron recién el 31 de marzo, con lo cual si el argumento que ellos dicen que la gente no se presenta a las licitaciones, bueno, listo, entonces garantizamos que van a estar los chichos sin frutas. Esto es un problema de gestión y de planificación, porque además, durante el 2021, por ejemplo no ejecutaron toda la plata, entonces venimos viendo que bienes y consumos hay un recorte que no está en el presupuesto pero si en la rendición de cuentas, cuando la abordamos en educación vamos a ver que sobró plata en un contexto inflacionario, o sea que lo que vos tenías previsto seguramente no iba a alcanzar para diciembre”.

Finalmente, la edil contó que diariamente le llegan fotos de los nenes en las escuelas con la merienda que es una bandeja con rodajas de pan “y eso genera mucho malestar en las comunidades educativas y los procesos pedagógicos no pueden escindirse de las condiciones en las que los chicos y las chicas aprenden”, sentenció.