Con motivo de conmemorarse en los próximos días el décimo aniversario de la muerte del ex intendente Jorge Raúl Lombardo un grupo de periodistas y comunicadores de larga trayectoria en diversos medios de nuestra ciudad solicitaron formalmente al intendente municipal, Guillermo Montenegro, que se inicie el proceso de imposición de su nombre a algún espacio público significativo y visible del ejido urbano.
En la presentación se sostiene que Lombardo “es uno de los más recordados y apreciados intendentes de nuestro Partido, a quien los marplatenses debemos obras y políticas públicas que contribuyeron a impulsar el desarrollo y jerarquía de la ciudad que todos contemplamos hoy con orgullo”.
Agregan en el pedido al Departamento Ejecutivo que los firmantes son personas diversas y que consecuentemente conforman un grupo pluralista. “Es ese pluralismo el que queremos preservar -agregan- en la intención de que este homenaje sea una expresión compartida por toda una comunidad y no iniciativa de un sector o signo partidario alguno. Creemos que siendo así el homenaje propuesto adquiere la relevancia que aspiramos”.
Entre los firmantes del petitorio -entregado en el Palacio Municipal el 28/2/23- figuran Mario Trucco, Vicente Ciano, Eduardo Zanoli, Eduardo Cao, Nino Ramella, Jorge Palumbo, Julio César Petrarca, Susy Scándali, Andrés Soto, José Luis Ponsico, Hugo Alfonso, Agustín Arias, Tito Alberto Brovelli, Armando Fuselli, Oscar Lardizábal, José Luis López, Andrés Salvia y Alfredo Pelaez
El documento, cuya copia recibieron el mismo día los concejales de todos los bloques del HCD, fue acompañado por una semblanza de Jorge Raúl Lombardo, quien ocupara el despacho principal de la Comuna entre 1963 y 1966,
Periodista y municipalista, Jorge Raúl Lombardo nació el 22 de febrero de 1921, en la misma casa de inquilinato de la calle Rivadavia al 2500 donde dos semanas después lo haría Astor Piazzolla. Su vocación primera fue el periodismo. Ya en la escuela primaria editaba un periódico manuscrito que llamó La Verdad. Como periodista se inició como corresponsal del semanario Actualidad de Miramar, luego comenzó a escribir en el diario El Trabajo y más tarde tuvo una importante participación en el diario La Mañana, del cual fue secretario general y formador de equipos periodísticos. En el diario La Capital se destacó como columnista aún muchos años después de haber dejado la función pública.
Antes de ejercer el periodismo, a los 14 años, comenzó a trabajar como cadete en una librería y tuvo un breve paso por el Colegio Nacional. Luego ingresó a Casa Fava y paralelamente inició su formación gremial en el Centro de Empleados de Comercio. Participó activamente en los reclamos por las ocho horas de trabajo, el sábado ingles y las seis horas diarias como máximo para los menores como él. Eso le costó el despido de Casa Fava (años después, Juan Fava sería su gran amigo y consejero en la intendencia). Cuando tenía 19 años, en 1940, se afilió espontáneamente al Partido Socialista y al año siguiente participó en el Primer Congreso Nacional de Juventudes Socialistas. Fue electo concejal cuatro veces (la primera en 1948) presentó numerosos proyectos y fue electo intendente municipal en 1963.
Asumió el 12 de octubre de 1963. Inmediatamente comenzó una obra de gobierno planificada minuciosamente en los meses previos. Seis semanas después de asumir promulgó la Ordenanza 2000 que reglamentaba el ingreso del personal a la Municipalidad, instituyendo el concurso público, un principio de ética administrativa que luego fue abandonado. Entre sus proyectos estaban los de la modernización de la técnica de ejecución de presupuesto, la reforma y ordenamiento del código tributario municipal, de la ordenanza general de impuestos y planeamiento de la estructura interna de la Dirección de Rentas, estructura de un Código Administrativo Municipal y la organización de un servicio estadístico municipal.
Algunas de las importantes obras que perduran son el sistema de escuelas y jardines municipales, las ocho plazas públicas con trazados arquitectónico-urbanísticos de avanzada, como las plazas Revolución de Mayo (la primera que incluyó una biblioteca), Italia, Jorge Newbery y Mariano Moreno, y el Cementerio Parque, modelo en el continente. Durante su gestión también encaró una reforma del transporte público de pasajeros, de efímera existencia, que sólo fue emulada varias décadas después en otras ciudades latinoamericanas.
Dentro de un Plan Regulador que destacaba la defensa de las playas evitado que cualquier edificio proyectara cono de sombras sobre la arena desarrolló el modelo conceptual de Ciudad Jardín, del cual son testigos tangibles las calles parquizadas de los barrios Constitución y Caisamar.
También elaboró un plan de desarrollo para la ciudad denominado “Mar del Plata 70”, título que utilizó su amigo Astor Piazzolla para bautizar un tema compuesto en 1965. El plan preveía un gran auditorio para convenciones, nueva terminal de ómnibus de larga distancia, nueva estación ferroviaria, aeropuerto internacional habilitado, zonas industriales equipadas, solucionar el problema de insuficiencia del Puerto y proyectaba un ensanche planificado de la ciudad. Otras iniciativas fueron la implementación del Presupuesto Base Cero en la Administración Municipal, el reclamo judicial por la propiedad de las tierras que ocupa el Golf Club y la reivindicación permanente de la autonomía municipal.
Lombardo fue destituido el 6 de julio de 1966 y reemplazado por el coronel Dagoberto Viola, pero a pesar de que no pudo terminar su mandato algunas de sus obras perduran. Otros muchos proyectos, lamentablemente, fueron dejados de lado. Dirigentes de distintas fuerzas políticas lo han destacado históricamente como un emblema de honestidad, transparencia y trabajo por la ciudad.
El 26 de marzo se cumplirán diez años de su fallecimien