Rubén Godoy y Leonardo Borda, dos de los seis trabajadores de la empresa Toledo que fueron despedidos en 2008 de la Planta Faenadora de Pollos ubicada en el Parque Industrial General Savio y que rechazaron ofrecimientos millonarios de la patronal, fueron repuestos en sus lugares de trabajo por decisión judicial. La empresa resistió el fallo en tres oportunidades; esta vez solo se pudo hacer efectivo con la fuerza pública y un cerrajero que con una sierra cortó el candado del portón principal. El hecho es inédito y no tiene antecedentes en el país.
El Tribunal de Trabajo Número 3 de Mar del Plata resolvió que la empresa alimenticia debía reincorporar a sus empleados por considerar que habían sido despedidos sin causa, por el solo hecho de organizarse en un nuevo sindicato, el de Trabajadores de Plantas Faenadoras y Procesadoras de Aves y Afines.
A pesar de la actividad industrial que desarrollaban, Toledo los tenía encuadrados como empleados de Comercio y les pagaba sueldos más bajos que los que les correspondían. En 2008, cuando se conformó la nueva asociación sindical, la cadena de supermercados los echó. Sin embargo, los trabajadores no bajaron los brazos; un grupo numeroso bloqueó el ingreso al Parque Industrial durante 45 días, hasta que fueron desalojados por más de 100 agentes de la Policía Bonaerense.
Esa larga batalla, en la que los operarios cesanteados sufrieron miseria, apremios, violencia e intentos de sobornos, terminó este jueves 16 de diciembre a mediodía, catorce años después, en el momento en que el cerrajero – asistido por un oficial de justicia y dos policías- cortó el candado del portón de ingreso de Toledo. Del lado de adentro de la planta, el apoderado de la empresa, un gerente y varios empleados de seguridad resistieron el cumplimiento de la medida judicial hasta el paroxismo.
Finalmente, Godoy y Borda traspasaron la entrada y recuperaron sus puestos de trabajo. Ahora solo esperan que se respete su actividad sindical.