El verano en Mar del Plata, para muchos era sinónimo de fútbol. Hinchadas numerosas de todo el país embellecian el Estadio Minella y se vivía una fiesta en cada partido. Incluso, muchos marplatenses era la única vez en el año que tenían la suerte de disfrutar de un partido de su equipo en vivo, sin viajar a otra ciudad.
La falta de gestión o los negocios y las especulaciones ajenas (o no tan ajenos) tuvieron como consecuencia que una vez más Mar del Plata, su gente y los turistas se queden sin fútbol de verano.
El abandono del Minella es total, las torres de iluminación tienen peligro de desprendimientos, las plateas están despintadas , el ascensor que hace años sigue sin funcionar y el campo de juego que no está apto para la alta competencia; ni hablar de la clausurada platea techada de la que tanto se habló en este año.
Los títulos y las declaraciones rimbombantes respecto a esto fue una constante en el 2022, tanto el Gobierno Municipal cómo el Provincial y el Nacional se llenaron la boca diciendo lo que iba a hacer o se debía hacer; incluso hasta la AFA tuvo la osadía de querer meter la cuchara en el postre.
Nada de eso sucedió, al menos por ahora. Según se pudo saber, la negociación entre Montenegro y Chiqui Tapia, para que el Minella sea cedido a la AFA, está muy avanzada. Desde adentro de la gestión Municipal lo ve como la posibilidad de salvación, muchos vecinos lo ven como una pérdida, es que los marplatenses de pura sangre sienten al Minella cómo propio.
Mientras tanto, una vez más el Partido de General Pueyrredon se queda sin fútbol de verano, mientras el Minella lentamente se va destruyendo sin que, al parecer, a nadie le interese.