Corría el 2013, cuando a un grupo de amigas se les ocurrió una gran buena acción que ya se replicaba en diferentes partes del país. El café pendiente se instaló como moda en Mar del Plata, pero duró muy poco.
En su momento, se sumaron a la iniciativa más de 40 bares y cafés de la ciudad. El objetivo era que personas en situación de calle pudieran tomar en el invierno de dicho año un café caliente que alguien ya había abonado.
“Fue una buena idea, pero la gente no se prendió, y el tema se olvidó. Los marplatenses somos así, son modas” sostuvo en diálogo con “el Retrato…” un encargado de un café céntrico que hace nueve años colocó su calco de “café pendiente” en la puerta; “había colegas que no querían hacer por no tener a alguien en mala situación sentado en el salón, a nosotros en su momento eso no nos importó, no existían los decks, ni tanto las redes. Si lo vuelven a ser, sería distinto”, agregó.
“Esta es una iniciativa solidaria y anónima basada en la confianza, a través de la cual una persona que toma un café en un local deja otro café pago. Este café extra puede ser pedido por una persona en situación de calle y/o pobreza”, dice la Fan Page en Facebook, en donde no hay publicaciones desde junio del 2014.
La iniciativa del “café pendiente”, que apelaba a la confianza y solidaridad, quedó en el olvido, al menos que alguien después de leer esta nota, se anime a lanzarlo nuevamente.