El Instituto Cultural presenta, en el marco de las exposiciones de estos reconocidos artistas bonaerenses, dos activaciones performáticas en las muestras “Apenas mundo” y “Ser paisaje” que sucederán en la Sala 2.
Este sábado, por orden de llegada, a las 18h la artista de Necochea, Alejandra Veglio presentará “Brillo. Bruma. Abrazo”, una activación performática en su exhibición “Apenas Mundo”. Estará acompañada por Francisca Rosso, Jorgelina Teyseyre, Marilyn Maidana y Veronica Choperena.
Por su parte el domingo 31 desde las 13h y con inscripción previa, el artista de Sierras Bayas, Daniel Fitte, autor de la muestra “Paisaje” invitará a participar de “Patio Blanco”. Resulta una acción comunitaria que da origen a la obra “Cementados”. Las y los asistentes deberán traer dos objetos donde ambos serán intervenidos con cemento. Los interesados podrán inscribirse en el siguiente link.
Acerca de las muestras
En el Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR informa que a partir del 2 de agosto se podrán visitar de martes a viernes de 10 a 16 y sábados y domingos de 14 a 20 en sala 2 con acceso gratuito.
“Apenas mundo” – Alejandra Veglio (Necochea)
En esta exposición, que cuenta como curador a Carlos Herrera, la artista propone involucrarnos en sus rituales, en su modo de relación con la naturaleza y con las entidades que la protegen. Veglio vive y trabaja en Necochea; nació en Camilo Aldao, pueblo de la llanura cordobesa; en Rosario realizó su formación en Artes visuales y, paralelamente, de otras disciplinas ligadas a prácticas corporales y técnicas somáticas. Trabaja con la energía y potencialidad que guardan los objetos, la materia, las cosas, los cuerpos, ciertos lugares. Con los modos alquímicos en que esta materialidad sensible se organiza y se conecta. Aborda desde el cuerpo, con acciones más bien íntimas y silenciosas, la precariedad y complejidad de la relación con el otre, los vínculos esenciales, la comunidad, la subsistencia.
“Ser paisaje” – Daniel Fitte (Sierras Bayas – Olavarría)
Daniel Fitte investiga el ADN del territorio que habita. Su obra es inventario y catálogo de la vida de los habitantes de Sierras Bayas donde nació y vive. Recolecta objetos e historias de vida como un arqueólogo o antropólogo atravesado por su objeto de estudio. La ciudad del cemento es el rótulo de su comunidad gracias a las fábricas cementeras radicadas en la zona desde hace un siglo. Las cenizas y el polvo de las chimeneas se depositaron por años en los alambrados, en los techos de chapa, en las aberturas de las casas, fraguándose con el entorno. Su pueblo es su taller, su aldea a la que abraza, su lugar en el mundo. La obra, curada por Diana Aisenberg retrata un lugar con su idiosincrasia y su paisaje. Solo la lluvia deja ver el verde de los árboles, limpia el gris de la ceniza que lo cubre todo.
El Cerro Redondo fue un cerro que desapareció por la actividad minera a principios de los años setenta. Se encontraba frente a su casa de la infancia, lo frecuentaba y lo dibujaba sentado en el borde del techo de chapa. Hoy se ven los destapes de la cantera como indicadores de un paisaje que se mueve siendo una referencia fundante en su trabajo. Esta obra es un modo de andar, un homenaje al obrero en las marcas de las palmas de los guantes como una extensión de la piel. Un homenaje al paisaje pampeano en su formato horizontal, y a su gente, el paisaje habitado.