Falleció el fundador de FASTA Fray Dr Aníbal Fósbery

El Pbro Luis Albóniga, Vicario General de la Diócesis, el Pbro Ariel Sueiro, párroco de la Catedral y el Padre Armando Ledesma, participaron de las honras fúnebres al Fundador de FASTA, Fray Dr Aníbal Fósbery, quien falleció en Buenos Aires, en representación del padre Obispo Gabriel Mestre.

La ceremonia fue presidida por el Pbro. de FASTA Francisco Lazzaro en la capilla del Centro Educativo FASTA de Mar del Plata y concelebrada por todos los sacerdotes junto a la comunidad de FASTA.

Al término de la ceremonia religiosa, el Vicario General, Pbro Luis Albóndiga compartió algunas reflexiones con la comunidad.

UN SEMBRADOR DE ESPERANZA

El Padre Luis Albóniga hizo extensivo el saludo del obispo Mestre que se encuentra en la Asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina, luego compartió tres cualidades del Padre Fósbery.

Primero, dijo Albóniga, reconocemos que el Padre Fósbery pertenece a esa constelación de hombres y mujeres brillantes que supieron interpretar el Concilio Vaticano 2do. Está mirada postconcilio inspiró en Fósbery una obra que dio, desde 1962, una respuesta renovada a la realidad y las necesidades espirituales de los jóvenes y las familias. Así nació FASTA, con la docilidad del Fundador al Espíritu Santo.

En segundo lugar valoramos la renovada interpretación de la realidad contemporánea en clave de cultura católica. Su concepto de que «lo católico es una  cultura más que un culto» da un sentido original a la tarea apostólica de FASTA.

En tercer lugar, el P Fósbery tuvo una innovadora visión de la educación, integrando fe y cultura. Está perspectiva apostólica le permite a la iglesia tener una propuesta educativa diferencial en el contexto educativo contemporáneo.

Destacamos también la enorme enjundia teología del Padre Fósbery reflejada en su proficua producción bibliografía, no solo para el disfrute intelectual, sino porque el Padre Aníbal pudo encarnar esa teología tomista en una obra concreta destinada a la familia, la juventud y la cultura.

Por último,  al legado del “Cura”, como familiarmente lo llamaban sus amigos, será necesario sostenerlo con valentía y sobriedad en estos tiempos de turbulencias en todos los lugares del mundo donde se habla de Dios. La eucaristía que celebramos es para dar gracias a Dios por la obra creada por el «cura» que supo “sembrar esperanza» y pasión apostólica en los corazones de miles de personas en todo el mundo. Gracias por la fecundidad de la obra del Cura Aníbal que ahora ustedes deben continuar, finalizó el Vicario de la diocesis de Mar del Plata.